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La evaluación es, sin duda, uno de los componentes curriculares que causa mayor preocupación tanto entre docentes como discentes. En el proceso de enseñanza-aprendizaje de lenguas extranjeras, después de un predominio normativo-criterial en los procedimientos evaluadores de la mano del feliz matrimonio entre psicología conductista y audiolingualismo, se produjo un cambio de paradigma auspiciado por la psicología cognitiva, las aportaciones de la psicología humanista y la entronización de la competencia comunicativa como finalidad de todo aprendizaje efectivo de lenguas. Con el advenimiento de la enseñanza de la lengua mediante tareas (ELMT) y el currículo negociado entre profesores y alumnos, el proceso de evaluación se hizo todavía más complejo si se pretendía mantener la coherencia con los planteamientos de participación del alumnado en el proceso de enseñanza-aprendizaje. En nuestro contexto existe una gran carencia de experimentación y posterior descripción de marcos de evaluación compartida. En este estudio se analizan las opiniones de 11 alumnos de la Facultad de Filología de la Universidad del País Vasco sobre su experiencia como agentes evaluadores dentro de un esquema de evaluación cooperativa. La experimentación tuvo lugar en un contexto de trabajo cooperativo mediante proyectos que incluía la negociación del programa. Tras explicar la naturaleza de los proyectos, se describe el esquema de evaluación implementado y se analizan las opiniones del alumnado sobre su experiencia evaluadora. Los datos obtenidos permiten plantear algunas propuestas pedagógicas que pueden ser de utilidad a la hora de desarrollar modelos de evaluación cooperativa aplicables a proyectos negociados en el aula.